Todas aquellas cosas que destrozan la piel sin que lo sepas.
Que si lavar con delicadeza el rostro, hidratar debidamente con cremas apropiadas, aplicar protección solar, evitar los rayos del sol... ¿Algo más? Estamos desbordados con toda la información que se aconseja para el cuidado de la piel que a veces se nos olvida si la nuestra necesita todo eso que se supone que tenemos que hacer con ella.
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y está en constante renovación y cambio a lo largo de la vida. La salud de nuestra piel, en un 25-30%, viene determinada por la genética, pero ¿qué pasa con el otro 70-75%? Esto lo determina el recientemente denominado como exposoma. La Dra. Ana Álvarez-Vieitez, dermatóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario, explica que el exposoma es el conjunto de factores de exposición a los que está sometida la piel de una persona desde que nace hasta que muere: «El entorno que nos rodea va a afectar a la salud y envejecimiento de este extenso órgano. La piel delata tanto tu estado psíquico como tu relación con el entorno, alterando su elasticidad, textura, color, brillo o aspecto».
Todo lo que daña la piel
La psique, los excitantes, la cosmética, cabinas de bronceado o el uso de aceites en el rostro son algunos de los factores que constituyen este exposoma y que a veces son poco conocidos.
La psique. La piel es el reflejo del alma. Explica Ana Álvarez-Vieitez que el estrés, la ansiedad, la depresión, el cansancio o el dormir menos de 6 horas, afectan al aspecto de nuestra piel, pelo y uñas «pudiendo disminuir su luminosidad, dilatando los poros, provocando descamación, caída del pelo, uñas deslustradas, etc.».
Excitantes. Explica la dermatóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario que estos empeoran el estado cutáneo: «El tabaco disminuye los fibroblastos y con ello la formación de colágeno que se traduce en más arrugas y piel apagada, altera las glándulas sebáceas y genera una piel engrosada, grisácea y con muchos quistes de retención», cuenta, y añade que el alcohol deshidrata la piel y vasodilata los capilares cutáneos, induciendo a la temida cuperosis con piel enrojecida y en su extremo la deformante rinofima (nariz de payaso). «El café en exceso provoca deshidratación cutánea y disminución de la luminosidad, por lo que en este aspecto no se recomienda tomar más de dos cafés al día», aconseja.
Hidratación de la piel. Es buena, sí, pero tampoco en exceso... «Una continua y excesiva hidratación de la piel del rostro podría acabar debilitando la función barrera de la piel y aumentando su deshidratación y dependencia de continua hidratación externa», explica la Dra. Cristina Eguren, dermatóloga miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y responsable en Clínica Eguren.
¿Aceites en el rostro? Dicen que los aceites de piel suavizan y dan elasticidad a la piel, pero también se puede volver en nuestra contra... «El uso de aceites en el rostro en pieles deshidratadas puede empeorar aún más la situación. Lo que le falta a una piel deshidratada es que no consigue retener el agua, pero si además le aportamos grasa la piel seguirá deshidratada y aún más grasa», cuenta la Dra. Eguren.
Otro de los factores que dañan la piel es la cosmética. El principal consejo es usar siempre cosméticos avalados por un especialista en dermatología, que sabe qué usar en función del tipo de piel de cada uno y recomendará productos con principios activos lo más naturales posibles. «Es importante utilizar brochas limpias y cuidar extremadamente el desmaquillado de la piel por las noches para librarla de todas las impurezas del día y posteriormente hidratarla de manera adecuada», indica la dermatóloga Ana Álvarez-Vieitez. Esta limpieza debe ser suave, sin frotar ni usar agua muy caliente ya que induce cuperosis y alteración del manto lipídico. En cuanto al contorno de ojos es muy importante usar productos específicos pues es una piel muy fina y delicada y quizás sea en la que más se nota el paso del tiempo.
Agentes externos. El sol, con su radiación ultravioleta, UVA-UVB-UVC, puede producir hasta un 80% del envejecimiento cutáneo. «Las personas que no usan una buena fotoprotección diaria (FP 30 ó FP50), envejecen un 24% más que los que sí la usan, apareciendo manchas, arrugas, piel afinada, etc.», cuenta la doctora Álvarez-Vieitez.
Sobre este punto hay que hacer hincapié también en el bronceado artificial: «El uso de cabinas de bronceado para "preparar" la piel para el verano y la exposición al sol no tiene ningún sentido ya que lo único que logramos es acumular más daño cutáneo de radiación ultravioleta», dice Cristina Eguren.
Es importante recordar que la hidratación frecuente con cremas recomendadas dermatológicamente en todo el tegumento cutáneo ayuda a contrarrestar el envejecimiento cutáneo, al igual que una buena fotoprotección. «No nos olvidemos que el escote, las manos y la piel de la cara son las zonas más sometidas al exposoma y hay que cuidarlas», concluye Ana Álvarez-Vieitez. Por último, es conveniente visitar anualmente al dermatólogo para poder prevenir patologías cutáneas importantes y ayudar a que nuestra piel esté lo más cuidada posible.
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